
Vamos caminando, cansados y temerosos
a donde nos lleve los vientos del destino;
con cada paso, llenamos nuestros dolorosos
corazones con nostalgia del amor divino.
Tal como los cometas luminosos
que cruzan taciturnos y orgullosos
sin chispear por el cielo vespertino
para no poder confundir su camino.
A veces que se entrecruzan los destellos,
con colosal tranquilidad pasiva y serena,
los astros escondidos detrás de tus cabellos.
¡Nuestros ojos se cruzan con una mirada
y en nuestras pupilas se ve la desnuda pena
de tu alma nerviosa y de mi alma desolada!
a donde nos lleve los vientos del destino;
con cada paso, llenamos nuestros dolorosos
corazones con nostalgia del amor divino.
Tal como los cometas luminosos
que cruzan taciturnos y orgullosos
sin chispear por el cielo vespertino
para no poder confundir su camino.
A veces que se entrecruzan los destellos,
con colosal tranquilidad pasiva y serena,
los astros escondidos detrás de tus cabellos.
¡Nuestros ojos se cruzan con una mirada
y en nuestras pupilas se ve la desnuda pena
de tu alma nerviosa y de mi alma desolada!
© Elvis Dino Esquivel
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