Lejanía


I

Hoy con cariño te invoco y es porque quiero
que sepas que siempre fuiste mi tesoro.
¡Navegué mares y como marinero
te avisté como un islote de puro oro!

Tú sabes, como yo sé, que los defensores
de la amada patria consideran ultraje
pensar que el marinero cambia sus amores
tal como los ángeles cambian de plumaje.

¡Nadie, nadie podrá oponerse a mis anhelos
ni nadie podrá detener mis caminares!
Cuando navegue hacia ti, crecerán los cielos
y se acortarán las praderas y los mares.

Mi bohemio amor es de etéreo fuego
que arde y cruza a través de toda distancia;
se guía sin verte, porque que es muy ciego,
y navega a ti aspirando tu fragancia.

II

Tu fragancia hace delirar. En mi frente
recibo un beso perfumado que retoma,
de las brisas del belicoso Medio Oriente,
tu inconfundible dulce y cálido aroma.

Esa efusiva fragancia me destierra
y me vuelve a mi mustia realidad:
solo soy un marinero que en plena guerra
añora huir de su eterna soledad.

Los corazones que son expertos
cobran con el dolor nuevos amores,
¡la materia podrida de los muertos
hace también retoñar las flores!

Aunque por las penas sea acosada,
el alma nunca debe crecer perdida;
¡porque la misma sangre coagulada
puede cerrar cualquier mortal herida!


© Elvis Dino Esquivel


Imagen: a7md3mad

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