Romance de la mujer arena


Mensajes de libertad
descifrados por tus ojos,
¡ay, esos ojos los tuyos
los que descifran y escapan!
¡Huye del lente mío, antes
que este gatillo presione!
¡Huye tan lejos de mí,
huye de la patria mía!
Que mis precisas ordenes
son de bien interrogarte;
dime que no has visto nada,
¡no te escapes en tu arena!
Mujer de la arena arena,
mujer arena arenosa,
hay mil palabras en ti
y solo una me tortura.
Dicen mis agentes tuyos
que huiste por el río Tigris
y yo por ese Éufrates
como loco te buscaba.
No te dejes encontrar,
si me miras de cerca, ¡huye!
Que por mi lejana tierra
aún cegado respondo.
Mujer perdida perdida,
mujer que de mí se pierde,
acércate sin temor,
¡ay, temerosa perdida,
lo observado no confieses!
Mi perdida no confieses
lo que tus ojos han visto
que ellos son los enemigos.
Por el viento acompañada
te escabulles como arena,
mi sospechosa arenosa
en esa infinita arena
perpetuamente te pierdes;
dime todo lo que viste
si muero, muero por ti:
esos que llamas amigos
son posibles enemigos,
para mi patria son malos,
pues terroristas los llaman,
¡ay, terroristas los llaman
aquellos los invadidos!


© Elvis Dino Esquivel

Imagen: Mohamed Somji

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Un recuerdo que dura


Tan pobre me estoy quedando
que ya ni siquiera estoy
conmigo, ni sé si voy
conmigo a solas viajando.

Otro viaje - Antonio Machado

Pasó el tiempo de alegrías y de gloria
como una nube que lluvia carga.
Y, en el presente de mi pobre historia,
los recuerdos que guarda mi memoria
tan solo glorifican la verdad amarga.

Las memorias, como fantasmales visiones
que suaves luces de placer derraman,
son la fuente de las inspiraciones,
que escriben sin cesar los corazones
que se buscan, se atraen y se aman.

Y al cruzar escondidas por mi mente
esas sombras misteriosas del pasado,
¡cuántas veces tu nombre dulcemente,
como la compañía de un alma ausente,
increíble consuelo a mi tristeza le ha dado!

¡Para mí, tu memoria es lo que al día 
la luz solar que de sus rayos lo baña!
Quererte y recordarte es mi alegría, 
pues me une a ti la deliciosa simpatía,
porque la amistad del alma jamás engaña.

Como una estrella, tu nombre es en la historia
de mi humilde e infortunada vida;
y con su luz deleita la memoria
de aquel tiempo en que deseando gloria,
tan solo tu amistad no vi perdida.

Como mi ángel guardián, siempre tuviste
en tus suaves labios algún consuelo; 
y al observarme pensativo y triste,
cuando mi escrituras se dirigían al cielo,
tu positividad con mi pesimismo siempre uniste.

¡Por eso con toda el alma te bendigo, 
estrella de mi bien, consuelo de mi llanto! 
¡Por eso sin cesar sueño contigo 
y grata y pura tu memoria abrigo
en mi fiel corazón que te ama tanto! 

No todo muere en esta tierra ingrata,
donde las horas que se viven se cuentan
por los sueños que la tristeza nos arrebata:
¡las ilusiones que el dolor nos mata,
como en su cielo, en la memoria alientan!

El recuerdo es la semilla de la vida
cuando uno perdido avanza;
cuando se llora la ilusión perdida,
en nuestro corazón con dolor se anida
la difunta indiferencia de la esperanza.

Las agradables ilusiones ya pasadas,
como en un santuario, en mi memoria viven:
queridas siempre y siempre adoradas,
¡mi recuerdo es el cofre en que –guardadas
sus cenizas de amor– devoción siempre reciben!


© Elvis Dino Esquivel

Imagen: The Siren Sound

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Amarga noche



«Noche, fabricadora de embelecos,
loca, imaginativa, quimerista,
que muestras al que en ti su bien conquista
los montes llanos y los mares secos.»
A la noche - Lope de Vega

Qué preciosa es la tarde: 
las nubes pasean en control,
mientras sobre las olas arde
el inmenso calor del inerte sol.

Cubierta en nítidos velos 
de superficiales hules,
aunque siendo reina de los cielos, 
se muestra llena de celos
entre sus pliegues azules.

Y en sus mejillas rosadas
que más hermosura le dan,
a la par que retratadas
sus ansias enamoradas, 
se ven su tristeza y su afán.

¿Por qué, si llena de amor
ella pasó el día entero 
esperando su fervor, 
el sol paga su amor sincero
con su abandono traidor? 

¿Qué amor más rico y suave
puede en el universo encontrar?
Ella enamorarlo sabe
con la misteriosa llave
que tranquiliza las olas del mar.

Ella el perfume le ofrece
de las delicadas flores,
qué cuyo aroma parece,
la declaración de sus amores.

Ella le brinda ternura, 
soledad, felicidad y ruego;
mientras esa llama de ventura
que hace arder el virtuoso fuego
de una pasión dulce y pura.

¡Claro… pero el sol negativo
lento se aleja, se va muy lejos,
cargando orgulloso el atractivo
dorado de sus ardientes reflejos!

Al suspiro afectuoso y triste
de la tarde no responde:
ella el desprecio no resiste
y, al ver que el traidor se esconde,
de negra armadura se viste.

Borran en la playa armoniosa
de los recuerdos las huellas:
¡la luz se oculta temerosa
y la rechazada diosa,
llora lágrimas de estrellas!

¡Pero, por ver el encanto 
del que amargó su fortuna,
abre, entre su negro manto,
su pupila, donde aparece la luna!


© Elvis Dino Esquivel

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Es imposible amarte


Tengo que amarte
aunque esta herida duela como dos
aunque te busque y no te encuentre.
Corazón coraza - Mario Benedetti

Es imposible amarte. La indiscreta
no puede esa devoción descifrar
del alma apasionada del poeta,
condenado al tormento de adorar.

Como una ninfa debe ser mi amada, 
arrogante es cierto, altanera y cruel; 
pero liberal, tierna, apasionada
y, sobre todo, invulnerable y fiel.

Cuando aman, son ángeles las mujeres, 
pero voluble tú, incapaz de amar, 
has nacido sin alas, ¿cómo quieres 
a las alturas conmigo llegar?

Bellaca infiel a muchos has vencido, 
y creíste humillarme a mí también; 
mas yo con el perdón, con el olvido, 
me vengo de tu cínico desdén.

No me inspiras odio, no puedo odiarte, 
el odio es recuerdo y es aflicción; 
mi agonía puede santificarte:
¡puede hacerte inmortal mi maldición!


© Elvis Dino Esquivel

Imagen: 22zddr

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Pecadora


Pecadora, cuando lo enamores,
¡sedúcelo y miéntele de frente!
Aunque le causes muchos dolores,
¡fóllatelo y rómpele la mente!

Cuando su frágil cerebro reventaste,
perdiste tu sacralidad con dolor:
¿dónde está de tu historia el genuino amor
del audaz sujeto que un día tú amaste?

Rompes la débil rama que se ha secado
de aquel amor que ya se había acabado;
ahora lloras por el hombre que se ha ido,
pero la puta interna aún no ha salido.

Lloras, y en mi imaginación
me pregunto con cinismo,
si llora tu misticismo
o si lloras por perdición.

Ante el amor, ignorada,
te estás gangrenando ahora,
mas no te quiero endiosada,
¡te prefiero pecadora!

Pecadora de traidor gruño:
como santa nadie te ha visto,
¡cauteloso, hasta el Anticristo
te desafía con su puño!

Quítate el vestido denso
que asfixia todo tu cuerpo;
busca el dolor en el menso
mas que el amor en el terco.

Eres ser sacrosanto
porque todo el dolor
que sufres del amor,
lo glorifica el llanto.

Sacarte llantos será tu infierno
cuando mi incitante nombre implores;
pecadora, ¡no importa que llores
si siempre llora todo lo eterno!

Pecadora, es tiempo de confesarte
porque eres tan dura como una roca,
aunque clemencia suplique tu boca,
creo que ni Dios puede perdonarte.


© Elvis Dino Esquivel

Imagen: nairafee

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Tu voluptuosa anatomía


No me vayas a querer contagiar con tu torpeza.
Mujer, conozco tu fama de resbalosa y loca,
no tengo idea que tienes dentro de tu cabeza
ya que solo estupideces emergen de tu boca.

Según tu amor es de lo más exclusivo y fino,
y para alcanzarlo tengo que subir al cielo
y que no es nada fácil el bendito camino.
No gracias, ¡mejor me quedo tirado en el suelo!

Tu belleza es como un falso resplandor que engaña
al ojo humano, pues tu alma es de lo más oscura.
Tu personalidad es explosiva, algo extraña
y muy falsa, ya que proviene de un alma impura.

Hasta crees que con un tonto murmullo
con palabras dulces me vas enredar,
no creas que no caigo por el orgullo:
¡en tu corazón no me interesa estar!

¿Qué acaso solo quieres que te coja?
No, gracias… ¡yo no regalo ni besos!
¡Joder! La señorita hasta se enoja
porque yo no soy ningún hombre de esos.

¡Y que me llamen pendejo por no caer en tu gloria!
Me declaro victorioso porque, tranquilo, podría
declarar que de esta vana lucha obtuve la victoria,
ya que pude despreciar tu voluptuosa anatomía.


© Elvis Dino Esquivel

Imagen: taotyam

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Tustin 92780


Esa que inspira amor y no ama
porque no quiere mala fama.
Esa que al besar nada siente
y la que sin motivo miente.
La que en no amar tanto se empeña
y a destrozar almas enseña.

Tus viejos amores siempre se acordarán
de las podridas heridas que les dejaste,
aunque los miserables ya no morirán
siempre sufrirán de como los lastimaste.

Tus viejos amores siempre se acordarán
de las podridas heridas que les dejaste,
aunque los miserables ya no morirán
siempre sufrirán de como los lastimaste.

Esos pobres diablos, ¿qué hicieron para sufrir?
¡Su dios sabía que sinceramente te amaron!
El grave error que ellos cometieron, fue invertir
más amor en ti, y de su amor propio se olvidaron.

Pernocta y observa tu amoral huella:
confía infinitamente en la falacia
de la vida y aprende mucho de ella,
te crees feliz porque eres bella,
mas tu felicidad… ¡será tu desgracia!

¡Eres todo un fraude! Un día fuiste mi vida
y sin ti aún vivo. Si deseas, despierta;
a mí me da igual que estés difunta o dormida:
¡para Dios, dormida… para mí estarás muerta!


© Elvis Dino Esquivel

Imagen: D4RI4ELECTR4

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Mujer aburrida


Eres aburrida. En tu faz no brota
ni la risa, ni pesar, ni la vida:
no sabía que eras tan aburrida,
contigo caí por caliente e idiota.

Tal como robot tullido, se aprecia
un gestillo en el arco de tu ceja,
en tu inerte pupila se refleja
la tenue mirada que menosprecia.

Mi intelecto engañaste aquellos días,
pensado que poco alcoholizado
y cachondo, ya no me aburrirías.

El premio de tu destino aburrido,
como insípida eres, te ha regalado
nada porque nada te has merecido.


© Elvis Dino Esquivel

Imagen: D4RI4ELECTR4

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Mi último adiós


Como al beso del sol esplendente,
se entreabre fresca la flor, 
así mi alma alegre y amante 
se abrió, mujer, de tu alma al amor.

Como extinguen las auroras risueñas
de la noche el incierto manto oscuro,
así expulsan de mi alma las penas 
tus miradas, con besos de luz.

Como esconde su llanto la noche 
en el cáliz del blanco rosal,
así esconde en nostálgico pecho
sus desconsuelos, el alma al llorar.

Como aves que al amanecer se lanzan,
en el firmamento azul a reinar,
así van mis ideales más puros 
a posarse en un cristalino altar.

Como oleadas de aromas que exhalan 
los pétalos en tarde infernal, 
¡es el casto aliento que emana 
de tu pecho… mujer celestial!

Como gime la paloma amada
si el infiel compañero voló, 
así lloran dolientes las almas 
al recuerdo de un amor que pasó.

Como llega en ideales exhalados
la plegaria hasta el trono de Dios, 
qué a ti lleguen mis tristes versos 
ascendiendo en sus alas… ¡mi adiós!


© Elvis Dino Esquivel

Imagen: aquasixio

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J’ai une question pour vous


«Ce qui embellit le désert, dit le petit prince,
c'est qu'il cache un puits quelque part.»
Le petit prince - Antoine de Saint Exupéry

Si no me quieres, ¿por qué me miras?
Si no te intereso, ¿por qué suspiras
cuando te confieso que quisiera ser tu amor?

Si mis intentos de conquistarte son en vano,
¿por qué tu mano tiembla en mi mano,
como en la rama tiembla la flor?

No te preocupes, tal vez solo te admiro,
pero, ¿por qué te sonrojas cuando te miro?
¿Por qué sonríes cuando me ves?

¿Por qué estando a mi lado la noche entera,
sonríes cuando te confieso que yo quisiera
ser el fiel esclavo rendido a tus pies?

Si no te intereso, ¿por qué no te fatiga
que yo insista? Si te molesta que te siga,
¿por qué asomada en la ventana de tu habitación…

… me esperas emocionada si llego?
¿Por qué me dices con tono de juego
que aún no he ganado tu corazón?

Si no me quieres luz de mi vida,
¿por qué me pides cuando dormida
que en los sueños te proteja?

¿Por qué cuando te doy flores
en tu rostro mi ramo siempre deja
una sonrisa deseosa de amores?

Hoy te confieso: ¡Te amo con toda el alma!
¡Tú eres la infinita gloria, tú eres la palma
con que mi solitaria isla soñó al nacer!

¡Si no me quieres, a nadie quieras!
Te demostraré que mis caricias son primaveras,
solo déjame en tu corazón retoñecer.


© Elvis Dino Esquivel

Imagen: dommccann

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Una ilusión perdida


Artifex vitae artifex sui

I

Es una tarde mágica y serena 
del mar inmenso en la desierta playa, 
donde la ola, entre morena arena, 
desanimada y sin valor calla.

Consumiéndose en sus rayos despacio,
el sol, que ya ocultó su disco ardiente, 
por grados se va derritiendo en el espacio
las últimas llamas de su esplendor al occidente.

Entre el pálido azul, su arco de plata,
la luna se asoma tranquila y bella, 
y ya con lumbre silenciosa y grata,
radiante luce del amor – la estrella.

Unido al de la antorcha vespertina,
el esplendor plateado de la luna,
en claridad opaca y peregrina,
ahora con la luz del decadencia ayuna.

Dudosa claridad, suave y extraña, 
que al mundo envuelve en dulce velo
y con sus tintas misteriosas baña 
el mar, el aire y el suelo.

Ahora el mar duerme en inmóvil lago 
de oro hacia el fondo, cerca azul o verde, 
y de sus playas el contorno mago
en gran semicírculo se pierde.

Huyen por el límite del firmamento,
rompiendo el melancólico diamante
con sus alas inmóviles el viento, 
las aves del otoño suspirante.

Por el oriente, el resplandor escaso 
poco a poco se borra y desaparece; 
y desde allí la sombra hacia el ocaso
ciega avanza y por momentos crece.

Vagamente, en la tierra y en la altura 
la opaca sombra con la luz se funde; 
su indefinible incógnita dulzura
por todo el universo se difunde…

De la majestuosa, y misteriosa calma
domina la inmortal naturaleza;
y, ya en su fondo estremecida, el alma
siente del pasado la tristeza.
 
II

Y, entre la luz que en occidente brilla,
pintoresca, fantástica y ligera;
se ve destacándose junto a la orilla
la llamativa forma de una mística galera.

Adornada de vistosas aureolas,
desde la playa, sin explicación, se aleja,
y en el azul profundo de las olas,
más oscura, su sombra se refleja.

Dando al viento suavísimos cantares,
harpas pulsando de marfil y de oro, 
en ella parte a los remotos mares
de seres peregrinos su hermoso coro.

¡Bellas hadas, místicas mujeres,
ideales fantasías y fantasmales diseños, 
maravillosos y radiantes seres 
del encantado mundo de los sueños! 

En sus rostros divinamente bellos 
se abren sus grandes ojos soñadores, 
y flotan a los vientos sus cabellos 
coronados de perlas y de flores.

Inmóvil, una, en pie moribunda,
de sus abiertos ojos, su mirada
en los abismos se pierde, profunda,
en la irrevocable dicha no olvidada.

Y mientras que se pierde, así, en lejano
horizonte fantástico su alma,
como símbolo inmortal, su diestra mano
mantiene verde su eterna palma.

Inclinada hacia enfrente la cabeza
sobre el pecho, la mística hada soñante
regresa hacia el cielo con mortal tristeza,
llorando con su esperanza amante.

De su existencia en las felices horas,
esta hada, ajena a duelos inhumanos,
acompaña las músicas sonoras
con el gentil bate de sus delicadas manos.

Aquella, envuelta en vestidura blanca,
de la galera se reclina en los bordes,
mientras, con mano distraída, arranca
del arpa los melancólicos acordes.

La otra, con la faz en su hombro reclinada,
triste, con sus cantos, el pasado invoca, 
¡y sonríe acordándose, emocionada
con la sonrisa del dolor en su boca!

Y esas son, esas son las ilusiones 
que, en la tarde final de nuestras vidas, 
como grupo de mágicas visiones,
para siempre lloramos ya perdidas.


© Elvis Dino Esquivel

Imagen: 

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Antes de escribirse


Me has herido a muerte. Desvergonzada
tú, sabiendo que estaba lastimado,
vienes y me ves solo, agonizando
y me das una última puñalada.

Pero, mi amor propio me llena el pecho
y aunque me hayas enterrado tu daga,
te perdono por el mal que me has hecho
bien sé que todo en la vida se paga.

¿Para qué te guardo rencor si has sido
una fantasía que viví en vida,
un vil anhelo que causó una herida?

No sufriré por una ilusión muerta,
si al final todo se lleva el olvido
¡aunque mi herida siga bien abierta!


© Elvis Dino Esquivel

Imagen: babismavro

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