La selva de la confusión


I

Como la fragancia de la flor que atrae insectos,
la corteza de mi cuerpo huele a su perfume,
puedo reconocer cuales fueron mis defectos
ahora que el desconsuelo ya no me consume.

Solamente en otoño solo he llorado,
el verano dejó de ser la tragedia,
la primavera ya es cosa del pasado
y el enigmático invierno es mi comedia.

¡Amar es sufrir! El amor se ha encendido
en sufrimiento. Cuando al fin se consuma,
mi corazón ya no continuará herido,
¡el presente lo extinguirá con su espuma!

Con la experiencia de un belicoso veterano,
mis sentimientos tienen noveles accesos,
hay corazones que cruzan el hondo pantano
y se hunden… ¡mi corazón ya dejó de ser de esos!

¡Mi corazón perdura con su fuerza! La palma
en cualquier ribera sobrevive sin su fruta.
Abandonado, se desvincula más de mi alma,
¡vivo sufre pero solo sufriendo disfruta!

En mis poemas invoco al pasado mil veces,
nunca mi ego deja de invocar ridiculeces,
¡ya que ni mil lágrimas, mil palabras, mil versos,
borrarán mi dolor de todos los universos!

Mi calvario fue la sacra cruz de mi grandeza,
¡hirió mi cuerpo y solo así alumbró mi cabeza!
Fue el explosivo patriótico que asesinó
a esa sin nombre ni rostro que me laceró.

II

¿Quieres sanarte por completo? Resígnate y llora,
mas llora en la soledad de la noche. El sufrimiento
es un invisible demonio que el humano adora.

Recuerda tu dolor cuando busques inspiración,
¡las lágrimas son los gritos confundidos del alma
que siempre brotan en esta selva de confusión!

Amaré el dolor porque el dolor perturba la paz:
tras perder a su amada, Popoca* sacrificó
su vida, tornándose en volcán con nívea faz.

III

Sin dolor, la dicha en esta vida no vale nada,
cuando sufro de dolor a veces la gloria invoco,
Leifr Eriksson fue un gran loco y descubrió un nuevo mundo:
entonces, sufriré y me convertiré en un gran loco.

En ocasiones mantengo cerrada la boca:
es mejor ser prudente y cauto de pensamiento,
taciturno e inmóvil como una sencilla roca,
¡qué charlatán, sutil y voluble como el viento!

¡Maldita selva confusa! Déjame tranquilo, en calma
vivir, sufrir y soñar con el pensamiento vacío;
del mundo serán las palabras que florecen de mi alma,
pero, ¡el oxígeno que entra a mis entrañas es muy mío!

Discúlpame fiel inspiración por haberme perdido
en esta selva de confusión. Vencido, resignado,
sollozaré riendo cada momento de haber vivido,
¡solo tú consuelas a este pobre poeta olvidado!


© Elvis Dino Esquivel

Imagen: The Fountain
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* En la mitología mexica, Popoca o Popocatépetl fue un valiente guerrero quién amaba a la doncella Iztaccihuatl.

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